Orígenes
de Alejandría
Orígenes
de Alejandría es, una de las personalidades determinantes para todo el
desarrollo del pensamiento cristiano. En un momento en el que la doctrina de la
Iglesia estaba todavía en buena parte informe e indefinida, intentó construir
una síntesis ideológica del cristianismo amplia y coherente, utilizando todas
las adquisiciones del pensamiento de su época en el intento de explicar y
profundizar el sentido de la Escritura, que fue para él siempre la fuente
definitiva y última de toda sabiduría. Bajo este aspecto puede ser considerado
como el primer «teólogo» en sentido más estricto de la palabra, es decir, como
el que se lanza a la búsqueda de una explicación racionalmente coherente de lo
que acepta por la fe.
Trasfondo
Orígenes aprende
de Clemente de
Alejandría, fue Teólogo y Padre de
la Iglesia griega. Muy pronto se vio rodeado de discípulos que se
sentían atraídos por el valor de sus enseñanzas en gramática, retórica,
geometría y, sobre todo, filosofía y teología especulativas. Pronto concentró
su actividad en la explicación de las sagradas Escrituras. Emprendió varios
viajes, y, siendo simple laico, era requerido por las comunidades a donde iba
para que explicara la Escritura. Fue proverbial entre sus contemporáneos,
al punto de recibir el sobrenombre de adamantius ("hombre de
acero").
A los 18
años, Demetrio obispo de Alejandría le dio la tarea de preparar a los
candidatos al bautismo llamados “catecúmenos”, y llego a ser famoso como
maestro de la fe cristiana, decían que no sólo era un brillante teólogo, sino
también un testigo ejemplar de la doctrina que transmitía. Posteriormente quería dedicarse a discípulos
más adelantados y se dedicó a la labor decente en una escuela cristiana, a la
que iban a escucharle incluso la madre del emperador y el gobernador de Arabia.
Exponente privilegiado de la gnosis ortodoxa, fue
el primero en concebir un sistema completo del cristianismo, integrando las
teorías neoplatónicas. Sus ideas, recuperadas y sistematizadas en los siglos
siguientes por una corriente de pensamiento llamada origenismo, suscitaron
vivas controversias y fueron finalmente condenadas en el concilio de
Constantinopla (553).
A causa
de los conflictos con Demetrio, terminó por irse a vivir a Cesarea, le reprochó haberse hecho ordenar sacerdote sin su
consentimiento, lo llevó a exiliarse en Palestina (231). En
virtud de un edicto de Decio, Orígenes fue encarcelado, cargado de cadenas, y
puesto en el tormento, pero no decayó por eso su ánimo, permaneció firme en su
fe y en la cárcel misma escribió una obra célebre contra Celso; murió en Tiro.
Orígenes escribió, según
testimonio de San Jerónimo, alrededor de 800 obras, la mayoría referidas a
comentarios sobre la Biblia. Entre su obras de interés filosófico son: Contra Celso (refutación, en ocho libros, de las críticas
dirigidas contra el cristianismo por el neoplatónico Celso) y Sobre los
principios (cuatro libros); También han llegado hasta nosotros el libro Sobre
la oración y exhortación al martirio y algunos fragmentos de su monumental
Biblia conocida como Hexapla, que era una colección de seis columnas de Antiguo Testamento,
comparo una serie de diversos textos del
mismo, y produjo símbolos para designar variantes, omisiones y añadiduras, mantuvo
también contactos con los rabinos para comprender bien el texto original
hebraico de la Biblia. Compuso comentario y
sermones sobre el texto bíblico.
En sus
obras doctrinarias (Contra Celso y Sobre los principios), Orígenes expone su
pensamiento filosófico, en el que se muestra deudor del platonismo, del
estoicismo y del neoplatonismo. Orígenes postula la creación del mundo ab
aeterno, como corresponde, según él, a la inmutabilidad de Dios, y a su
bondad, la cual por su propia naturaleza tiende a una manifestación y donación
continuas.
Al
explicar la Trinidad, la distinción de las personas predomina respecto a la
unidad de substancia, de tal forma que sólo el Padre es verdaderamente Dios, en
cuanto es el único "no-engendrado"; el Hijo ha sido engendrado, y por
esa razón es un Dios secundario; su acción se halla limitada a los seres
racionales. Orígenes
tiene buen cuidado de rechazar tanto la opinión de los que no admiten verdadera
distinción entre Padre e Hijo (modelistas), como la de los que niegan la
verdadera divinidad del Hijo, aunque él concibe esta divinidad como derivada o
participada, con fórmulas en las que aparece no sólo como originada en el Padre,
sino como de alguna manera inferior a él. El Espíritu Santo es sustancial,
personal, activo e increado. Todas las demás cosas han sido creadas por Dios
mediante el Hijo, y de la nada. Orígenes rechaza definitivamente la idea de una
creación a partir de alguna forma de materia preexistente, que habría de
limitar de alguna manera la soberana libertad creadora del Dios supremo.
Su
pensamiento teológico más sistemático está expuesto en el grandioso tratado De
Principiis, conservado en traducción latina no demasiado fiel. En él pretende
Orígenes, en primer lugar, ofrecer lo que era patrimonio doctrinal de la
Iglesia recibido por la tradición, y luego sus propias especulaciones
encaminadas a mostrar la coherencia interna entre los diversos elementos de
aquel patrimonio, y, particularmente, la coherencia del mismo con el mejor
pensamiento filosófico de la época.
En la
interpretación de la Escritura, pesa ante todo en Orígenes la idea de la
trascendencia e inefabilidad radical de Dios, de quien toda palabra humana y
material no será jamás expresión perfecta. De ahí que la verdadera comunicación
de Dios sea propiamente por la vía del Espíritu, y que la letra de la Escritura
sea considerada ante todo como vehículo de la comunicación espiritual de Dios.
El sentido más profundo y auténtico de la Escritura es siempre el espiritual,
que alcanza el que, haciéndose semejante a Dios por la purificación del
corazón, llega a sintonizar con el mismo Espíritu de Dios.
Para Orígenes
hacer teología era esencialmente
explicar, comprender la Escritura;
o podríamos decir incluso que su teología es una perfecta simbiosis entre
teología y exégesis. En verdad, la característica propia de la doctrina de
Orígenes se encuentra precisamente en la incesante invitación a pasar de la
letra al espíritu de las Escrituras, para progresar en el conocimiento de Dios.
Orígenes
llega a promover eficazmente la "lectura cristiana" del Antiguo Testamento, rebatiendo
brillantemente las teorías de los herejes —sobre todo gnósticos y marcionistas—
que oponían entre sí los dos Testamentos, rechazando el Antiguo. Él nos
recuerda con entusiasmo que, en la lectura orante de la Escritura y en el
compromiso coherente de la vida, la Iglesia siempre se renueva y rejuvenece.
Muchos
temas de teología espiritual, como el de los sentidos espirituales y el de los
grados de perfección espiritual, correspondientes a los grados de purificación
y de unión con Dios, hasta la suma unión mística, fugaz e inefable, adquieren
en Orígenes formulaciones definitivas que habían de ser patrimonio básico del
monaquismo posterior.
Hermann, (2009). Orígenes de Alejandría. Vida y obra.
Recuperado el 08 de mayo de 2015 en http://padresdelaiglesia.blogspot.mx/2009/07/origenes-de-alejandria-vida-y-obra.html#!/2009/07/origenes-de-alejandria-vida-y-obra.html
(s.f) Orígenes, recuperado el 10 de mayo de 2015 en
http://www.cafaalfonso.com.ar/descargas/san_origenes.pdf
Vives, Josep (s.f). Orígenes, recuperado el 10 de mayo
d 2015 en
http://www.mercaba.org/TESORO/427-19-0.htm
Como dice la palabra retened lo bueno y desechar lo malo, creo que fue un buen contribuyente ala Fe Cristiana, y fue un martir y por lo tanto l que nos edifique de el podemos tomarlo de ejemplo y lo que no desecharlo.
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